u e s r a h i s t o r i a
En Bodegas Veganzones todo nace en la Ribera del Duero, en Fompedraza, a 912 metros de altitud.
Una tierra exigente, donde el clima no siempre lo pone fácil… pero donde la vid aprende a resistir, y el vino gana en carácter y autenticidad.
Lo que empezó como un proyecto familiar, casi como un sueño, hoy es una bodega que sigue creciendo sin perder su esencia: cuidar la uva, respetar el entorno y elaborar vinos que hablen de su origen.
Aquí no corremos. Aquí las cosas se hacen con tiempo, como debe ser en el mundo del vino. Apostamos por la calidad antes que por la cantidad. Por la autenticidad antes que por las prisas.
Trabajamos cada día para que nuestros vinos de altura, tintos y blancos, reflejen lo mejor de la Ribera del Duero: su fuerza, su historia y su capacidad de sorprender en cada copa.
u e s t r a i s o r i a e m p i e z a m e m p i e z a n m u c h a s c o s a s b u e n a s : c o n u n a p a s i ó n y c o n u n a t i e r r a .
í e p z ó t o d . A s í s e g u i m o s .
1956
Donde todo comienza
El abuelo de los hermanos Veganzones empezó a hacer vino con las uvas de sus propios majuelos, en Fompedraza.
Así nació una tradición familiar que hoy sigue viva.
DESDE ENTONCES…
Décadas de saber hacer
Durante décadas, la familia siguió elaborando vino de forma artesanal, solo para casa.
Fue ahí, entre viñas y vendimias, donde se forjó una forma de hacer las cosas con mimo, respeto y mucha dedicación.
2005
Nace 912 de Altitud
Después de tantos años de experiencia y trabajo en familia, en 2005 salió al mercado la primera botella de 912 de Altitud.
Una nueva etapa que marcó el inicio de algo especial: vinos con identidad propia y una historia detrás.
hoy
Crecemos con cada cosecha
Actualmente, elaboramos alrededor de 50 hectáreas de viñedo, donde la uva Tempranillo es protagonista y el Merlot aporta su toque.
Combinamos tradición y tecnología para dar vida a vinos como 912 de Altitud y Picnic, con el mismo cuidado de siempre.
Y ESTO ACABA DE EMPEZAR
Del origen al mundo
Con esfuerzo e ilusión, nuestros vinos han cruzado fronteras.
Ya están presentes en más de 25 países y han sido reconocidos en certámenes como el Mundial de Bruselas, Decanter o Envero.
Pero lo más importante sigue siendo lo mismo: hacer cada vino como si fuera el primero.
